EUROPA
PRESS
15 diciembre
2019
No
responsabilices sólo a los genes de tu riesgo de Alzheimer
Los genes influyen en muchos aspectos
de una persona, como por ejemplo el color de ojos, el cabello o, incluso, el
riesgo de padecer Alzheimer, si bien, en este último caso una investigación
llevada a cabo por expertos del Instituto de Investigación Rotman
de Baycrest (Canadá) ha mostrado que en su aparición
juegan también un importante papel otros factores.
Y es que, tras analizar a trillizos idénticos, los científicos
comprobaron que mientras que dos desarrollaron Alzheimer cuando cumplieron más
de 70 años, el tercero no llegó nunca a desarrollar la enfermedad, a pesar de
que compartía el mismo ADN que sus hermanos y de que los tres eran hipertensos.
"Estos hallazgos muestran que el código genético no
dicta si una persona va a desarrollar Alzheimer, por tanto las personas que
tienen un fuerte historial familiar de demencia pueden respirar porque hemos
confirmado que hay otros factores, por ahora desconocidos, que aceleran o
protegen contra la enfermedad", han dicho los investigadores, cuyo trabajo
ha sido publicado en la revista 'Brain'.
En concreto, en el trabajo se analizó la secuencia génica y
la edad biológica de las células de la sangre de cada uno de los trillizos, así
como de los hijos de uno de los trillizos con Alzheimer. Entre los niños, uno
desarrolló la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano a los 50 años y el
otro no presentó signos de demencia.
A juicio de los expertos, es probable que la aparición
tardía de la enfermedad de Alzheimer entre los trillizos esté relacionada con
un gen específico asociado a un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer, la
apolipoproteína E4 (también conocida como APOE4), que llevaban los trillizos.
Sin embargo, no se ha podido explicar la aparición temprana de la enfermedad de
Alzheimer en el hijo de uno de ellos.
Además, los investigadores descubrieron que, aunque los
trillizos eran octogenarios en el momento del estudio, la edad biológica de sus
células era de seis a diez años más joven que su edad cronológica. En
contraste, el hijo desarrolló Alzheimer de inicio temprano tenía una edad
biológica nueve años mayor que la cronológica.
"La última investigación genética está descubriendo que
el ADN con el que morimos no es necesariamente el que recibimos de bebé, lo que
podría relacionarse con los motivos por los que dos de los trillizos
desarrollaron Alzheimer y uno no. A medida que envejecemos, nuestro ADN
envejece con nosotros y, como resultado, algunas células podrían mutar y
cambiar con el tiempo", han argumentado los expertos, para comentar que
hay otros factores químicos o factores ambientales que no necesariamente
cambian el gen en sí mismo, sino que afectan a la forma en la que se expresan
estos genes.
A partir de ahora, los investigadores van a observar
imágenes cerebrales de cada miembro de la familia para determinar si hay una
abundancia de placas amiloides, fragmentos de
proteínas que son signos típicos de la enfermedad de Alzheimer. También
realizarán estudios más detallados sobre la edad biológica de las personas con
Alzheimer para determinar si afecta a la edad de inicio de la enfermedad.